Cuando se visita un templo budista coreano, se puede sentir de inmediato el ambiente pacífico y calmado que los caracteriza. Es un lugar perfecto para escapar del estrés de la vida cotidiana, pero también es un buen destino para los turistas que desean probar nuevas experiencias. Si le apetece disfrutar de un hermoso entorno natural y un ambiente relajante durante una estadía más larga, anímese a participar en un programa de estancia en un templo (templestay).

1. Templo Geumseonsa

El templo Geumseonsa está ubicado en el centro de Seúl, en el distrito de Jongno-gu, lo que facilita el acceso en transporte público. Muchas personas no solo vienen aquí para quedarse en el templo, sino que también hacen un un paseo o una caminata relajante. En las cercanías, hay muchos lugares de interés recomendables, como el palacio Gyeongbokgung, la Aldea Tradicional de Bukchon y Cheongwadae (la Casa Azul), que se pueden visitar antes o después de la estadía en el templo.

Para entrar en sintonía con el programa de estancia, lo primero que hay hacer es salir de la bulliciosa ciudad, caminando tranquilamente desde la parada del autobús. Son unos 20 minutos cuesta arriba hasta llegar al templo. El camino está bien señalizado para que pueda gozar de la corta caminata sin preocupaciones.

La mayoría de las estadías de dos días en un templo, incluida la de Geumseonsa, comienzan a las 15:00 y duran unas 20 horas en total, por lo que terminan alrededor del mediodía del día siguiente. Si llega un poco antes, puede ponerse ropa cómoda del templo y explorar el predio. El acceso a algunas de las áreas está limitado a quienes participan en el programa de estancia, por lo que no hay visitantes y son particularmente tranquilas.

El recorrido por el templo comienza a una hora determinada en compañía de un monje. En los 50 minutos que dura el paseo, se puede aprender todo tipo de cosas sobre el budismo coreano y también sobre la experiencia de estancia.

Hay personas que solo pasan la noche aquí, pero el programa de estancia también ofrece muchas actividades diferentes. Puede probar platos de cocina budista, hacer un collar o una pulsera de cuentas o animarse a las 108 postraciones. La comida del templo es muy sencilla, pero es una oportunidad de experimentar parte de la vida de un monje. Si bien se ofrece tipo bufé, solo debe tomar lo que pueda comer y, al terminar, debe lavar los platos usted mismo. No está permitido hablar mientras se consumen los alimentos; y dado que para la comida solo se utilizan verduras frescas de cosecha propia, es una opción ideal para los vegetarianos.

2. Templo Jeondeungsa en Ganghwa

El templo Jeondeungsa en la isla de Ganghwado es uno de los 10 mejores lugares turísticos de wellness recomendados en la ciudad de Incheon y no es difícil llegar a él desde Seúl en transporte público. Es una atracción popular en Ganghwado, junto con el pabellón Yeonmijeong y la playa Dongmak. Debido a su ubicación en la costa oeste, se pueden ver impresionantes puestas de sol aquí.

El camino de aproximadamente 600 m desde la parada de autobús hasta el templo está bordeado por muchos árboles diferentes y, por lo tanto, ofrece una gran vista en cualquier época del año. Sin embargo, es especialmente hermoso en otoño.

El templo Jeondeungsa también tiene un programa de estancia de dos días. Después de registrarse en la entrada, se le ofrecerá un recorrido por los terrenos del templo y luego podrá disfrutar de tiempo libre. Debido a su larga historia, el templo conserva patrimonios culturales como los pabellones Daeungjeon y Yaksajeon. Y también puede sentarse en un banco y contemplar tranquilamente un olmo mientras se deja imbuir por el ambiente monástico.

Los visitantes que no participan en el programa de estancia en el templo también acuden a menudo al Café Jungnim Dawon, que parece estar oculto en lo profundo del bosque. Se trata de una construcción de tipo tradicional hanok que deja entrar mucha luz solar a través de sus grandes ventanales. El techo, por su parte, está decorado con tela tradicional para envolver llamada bojagi. Aquí hay otra manera de relajarse: degustando un delicioso té con postres. Si usted es uno de los participantes del programa de estancia, recibirá un cupón de descuento de 1.000 wones.

3. Templo Seonunsa en Gochang

El templo Seonunsa en Gochang, provincia de Jeollabuk-do, es un destino popular para el follaje de otoño. Está a unas 4 o 5 horas de Seúl, pero se enorgullece de tener un paisaje natural impresionante. Según la estación del año, pueden apreciarse hermosas flores como camelias, cerezos y lirios araña rojos; por lo que es muy famoso en todo el país.

Casi nadie podrá resistirse a detenerse un momento en el puente de piedra a la entrada del templo Seonunsa y tomar una foto. En otoño, las coloridas hojas de los arces crean una imagen especialmente pintoresca. Al escuchar la corriente del agua, quizás empiece a relajarse en cuerpo y alma incluso antes del comienzo de la estancia en el templo.

La combinación del paisaje, que varía según la estación, con el ambiente tranquilo de un templo rara vez se encuentra en la gran ciudad. En Gochang, las camelias florecen a principios de primavera, en mayo merece la pena visitar los campos de cebada y té verde, y en verano pueden verse girasoles y otras flores. Por eso, la belleza natural del entorno se suma a la experiencia de la estancia.

Y claro, también es aconsejable aprovechar el tiempo libre dentro del programa para dar alguna excursión por el monte Seonunsan. En el camino al pico Cheonmabong se encuentran la ermita Dosoram y vastos campos de cultivo, por lo que los paisajes increíbles se van sucediendo uno tras otro. Durante las estancias en templos se suele decir: “Haz lo que deseas y no hagas lo que no deseas”, lo cual puede servir para dejar a un lado las preocupaciones, durante un período de calma espiritual que caracteriza este tipo de experiencias.